Kabul.-Más de
2.000 muertos por el corrimiento de tierra registrado el viernes en el noreste
afgano descansarán en una suerte de fosa común tras abandonarse hoy las labores
de rescate ante la imposibilidad de hallar supervivientes.
La falta de
medios ha obligado a las autoridades a renunciar a la búsqueda de las víctimas,
cuyos cuerpos no serán recuperados y permanecerán sepultados en muchos casos
sin identificar en el lugar donde les sorprendió el alud y perdieron la vida.
“La decisión
la adoptó el vicepresidente Karim Khalili, tras consultar el gobernador de la
provincia de Badakhshan -escenario del desastre- Shah Wali Adeeb, y otras
autoridades regionales”, explicó a Efe el portavoz del Gobierno provincial,
Ahmad Wali Ferotan.
La medida se
tomó después de que se constatara la enorme dificultad de transportar al área
del siniestro la maquinaria necesaria para localizar los cadáveres, algunos de
los cuales se encuentran bajo 30 metros de tierra, lodo y piedras, apuntó el
portavoz.
Situada
cerca del montañoso vértice en que Afganistán limita con China, Tayikistán y
Pakistán, la localidad donde se produjo el desastre, Ab-e-Barik, ha
desaparecido prácticamente del mapa y con ella han quedado sepultados la
mayoría de sus habitantes.
El número
exacto de víctimas continuará siendo una incógnita aunque las autoridades las
cifran en más de dos millares de acuerdo con el cálculo de que unas siete
personas habitaban en cada una de las 300 casas enterradas por el deslizamiento
del terreno.
Aparte de
por el abandono de los trabajos de rescate, la inmensa mayoría de las víctimas
no han podido ser identificadas por la falta de censos fiables en el área del
deslave, de difícil acceso y con escasas vías de comunicación con el resto del
país.
El vicegobernador
de Badakhshan, Gul Ahmad Bedar, precisó que solo se han identificado 260
cuerpos de hombres, mujeres y niños.
“La decisión
ha sido dura pero no nos ha quedado más remedio que convertir el área en una
fosa común”, declaró Bedar.
El esfuerzo
se centra en la actualidad en el auxilio a los damnificados, a los que se ha
proporcionado mantas y medicinas, y se les ha alojado en tiendas de campaña,
indicó el jefe de la policía de la provincia, Badakhshan Fazluddin Ayyar.
El
responsable policial agregó que han sido evacuadas a zonas más seguras un total
de dos mil personas.
Los
evacuados tienen a su disposición una clínica móvil en las que reciben ayuda
médica, agregó.
En paralelo
al anuncio de que renunciaba a la búsqueda de víctimas el Gobierno decretó el
día de hoy jornada de luto nacional, y las banderas afganas ondean a media asta
en el interior del país y en las representaciones diplomáticas en el
extranjero.
También se
hicieron peticiones oficiales para elevar plegarias religiosas en memoria de
los muertos en la catástrofe.
Las
manifestaciones de duelo por la catástrofe han comenzado entretanto a llegar a
Afganistán desde todo el planeta.
La misión de
la OTAN destacada en el país y países como Estados Unidos, los vecinos
Pakistán, Irán e India, así como varias naciones europeas, entre ellas España,
se han solidarizado con las familias de las víctimas en comunicados de duelo
por la tragedia.
En el mismo
sentido se ha pronunciado el papa Francisco, que recordó hoy a las víctimas y
pidió que Dios dé fuerzas para seguir adelante a los supervivientes, tras el
rezo del Regina Coeli, dedicado a la Virgen, desde la ventana del palacio
pontifico.
“Recemos por
todos los fallecidos por el enorme desprendimiento de tierra de hace dos días
sobre un pueblo de Afganistán”, dijo el Papa, que pidió a Dios que dé a los
supervivientes fuerzas, “con el apoyo de quie
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