Ginebra.-Unos 50.000
niños pueden morir de hambre en Mali a lo largo de 2014 si no reciben
tratamiento nutricional adecuado, según estimaciones del Fondo de Naciones
Unidas para la Infancia (UNICEF).
Unos 136.000
niños sufren de desnutrición severa aguda en Mali, una patología con una
elevada tasa de mortalidad, y 360.000 padecen desnutrición moderada, agregó el
coordinador humanitario de la ONU para ese país africano, Davis Gressly.
“Nadie
notará si esos niños mueren, se los puedo decir desde ahora porque simplemente
morirán dentro de sus hogares, pero morirán si no reciben ayuda”, advirtió
Gressly al presentar a la prensa el plan de asistencia humanitaria de la ONU
para Mali, formulado esta semana y para el que se requieren 420 millones de
euros.
El
tratamiento para curar la malnutrición severa aguda cuesta alrededor de cien
dólares y consiste en un concentrado de nutrientes que reanima a un niño
malnutrido de manera muy rápida y eficaz, explicó el funcionario.
En total,
más de tres millones de personas sufren de inseguridad alimentaria en Mali, la
mayoría en el norte del país debido al conflicto interno y a la ocupación de
esta zona por parte de grupos irregulares armados.
El conflicto
ha provocado el desplazamiento de más de medio millón de personas dentro del
país y hacia los países vecinos, ampliando la crisis en el centro y sur del
país.
El objetivo
del plan humanitario es mejorar el acceso a los servicios sociales básicos en
las áreas de salud, educación, nutrición, agua, saneamiento e higiene.
Además se
planea aumentar las actividades de protección de las poblaciones más
vulnerables, como desplazados internos, comunidades de acogida, repatriados y
retornados, y paliar las consecuencias de la crisis alimentaria mediante el
apoyo a la agricultura.
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