Este dato
forma parte del estudio Mapa de la Mutilación Genital Femenina (MGF) en España
2012, que hoy dio a conocer la antropóloga Adriana Kaplan, que dirige la
Fundación Wassu de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) y trabaja desde
hace más de veinte años en la prevención de esta costumbre, extendida
principalmente en países del África subsahariana.
El objetivo
de dicha investigación es prevenir la MGF a través de información pormenorizada
sobre la población en riesgo de padecerla en España, y su distribución por
regiones y municipios.
Kaplan
considera que esto “permite aproximarnos a la realidad y es esencial para
cualquier tipo de planificación para la prevención primaria en salud, trabajo
social y educación”.
Se trata,
consideró, de “explorar el interior de la cifra creciente de inmigración
subsahariana”, establecer la procedencia, la edad y la distribución de la
población en el territorio español para “orientar el trabajo preventivo
dirigido al abandono de la práctica”.
El informe constituye
la cuarta actualización del mapa, con anteriores ediciones en los años 2001,
2005 y 2009, lo que permite ver la evolución de la MGF, extendida en 28 países
africanos y que afecta a más de 140 millones de mujeres en todo el mundo debido
a lo que Kaplan denominó “diáspora” africana.
Según
explicó la antropóloga, en algunas Comunidades Autónomas españolas como País
Vasco (norte) se optó por afrontar la prevención de la MGF y “ya se ha puesto
manos a la obra para formar” a sus profesionales de la salud.
Por el
contrario, Kaplan afirmó que en otras regiones españolas, como Cataluña
(noreste), en los últimos años se rebajó el nivel de formación y se optó por
recurrir a la policía para atajar la mutilación genital femenina.
Cataluña es
la región que concentra a más jóvenes en riesgo de MGF, con más de 6.000
chicas, lo que representa el 36,6% del total.
Los médicos
de familia, pediatras y ginecólogos de atención primaria, “que ya están
trabajando con las familias”, son los que deberían ser formados para prevenir
que las niñas de familias africanas puedan ser víctimas de la mutilación,
consideró Kaplan, quien afirmó que esto depende de la “voluntad política”.
Por otra
parte, elogió el denominado documento “compromiso preventivo” para evitar la
MGF cuando las niñas viajan a los países de origen de los padres y en el que se
informa de los datos de la menor, de la persona responsable de la misma, del
doctor que la atiende y se informa del marco legal existente en España sobre
esta práctica.
Este
compromiso por escrito permite a los padres no tener que enfrentarse con sus
comunidades de origen y justificar que no realicen a sus hijas la mutilación, y
es una fórmula que respeta a la vez a la menor y las costumbres de sus
ascendientes, opinó Adriana Kaplan.
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