Santo Domingo, RD.- Un estudio del Banco Mundial, advierte que Santo Domingo serå una de las cinco ciudades mås afectadas del mundo por el cambio climåtico para 2050 (después de Alexandria, Barranquilla, Nåpoles y Sapporo), si se mantiene el ritmo actual de subida de las aguas del mar.
La erosiĂłn causada por el agua salada y las inundaciones de las zonas costeras serĂĄn sĂłlo algunas de las consecuencias mĂĄs graves de este fenĂłmeno.
El organismo subraya las serias implicaciones que tendrĂa este eventual fenĂłmeno, afirmar que ademĂĄs de ser de vital importancia para la economĂa de la zona, las costas caribeñas son el hogar del 70% de la poblaciĂłn.
El Banco Mundial dice que casi todas las ciudades principales del Caribe, con sus millones de habitantes y sus infraestructuras esenciales, estĂĄn a menos de kilĂłmetro y medio de la orilla del mar -incluyendo claro estĂĄ a ciudades altamente vulnerables a los desastres naturales como Puerto PrĂncipe, HaitĂ, y La Habana, Cuba.
Para empezar, se avecinan mĂĄs inundaciones. En Santo Domingo, por ejemplo, los mĂĄs pobres ya se ven afectados por las inundaciones.
Muchos viven a orillas del rĂo Ozama y en terreno inundable, y una marejada ciclĂłnica mĂĄs alta o lluvias intensas provocadas por el cambio de clima les harĂan aĂșn mĂĄs vulnerables.
RepĂșblica Dominicana estĂĄ tomando acciones para afrontar este gran reto, pero aĂșn queda mucho por hacer, segĂșn dice Jerry Meier, experto en cambio climĂĄtico del Banco Mundial.
Advierte que “hay una falta de conocimiento sobre los terrenos inundables y no existen zonas prohibidas, asĂ que la situaciĂłn sigue igual”. Otro grave problema es la erosiĂłn costera. En vista de que la mayorĂa de sus capitales, puertos y aeropuertos estĂĄn situados en la costa, esto representa una seria amenaza para el desarrollo de la regiĂłn, estrechamente vinculado al mar.
El turismo y la agricultura son la base de muchas economĂas caribeñas.
El año pasado, 25 millones de turistas visitaron el Caribe.
La erosiĂłn costera por un aumento en el nivel del mar amenaza la industria turĂstica.
De hecho, ésta realidad ya se vive en St Georges, Grenada, Kingstown, Saint Vincent, Castries, Saint Lucia y sobre todo en Cane Field, Dominica, donde el aeropuerto se inunda constantemente.
El Caribe enfrenta la salinizaciĂłn del agua dulce. La regiĂłn depende mucho de la lluvia para renovar sus recursos de agua dulce, y un aumento en el nivel del mar amenaza estas reservas.
Al subir el mar aumenta el riesgo de que el agua salada penetre las fuentes de agua dulce, las cuales, a su vez, ya se ven agotadas por el riego, la producciĂłn de energĂa hidroelĂ©ctrica y la mala gestiĂłn del agua.
Si no actĂșan rĂĄpidamente, varios paĂses se enfrentan a la posibilidad de tener que financiar costosos procesos de desalinizaciĂłn, dice el estudio del organismo multilateral enviado a los medios de comunicaciĂłn.
Para mejorar la resiliencia climĂĄtica, es decir la posibilidad de resistir y adaptarse a los embates del cambio climĂĄtico, el Banco Mundial elaborĂł una serie de recomendaciones:
Social: Los pobres y vulnerables serĂĄn los mĂĄs afectados por un aumento en el nivel del mar. Hace falta incorporar mĂĄs la planificaciĂłn territorial en los programas sociales para abordar su exposiciĂłn al riesgo.
Económico: Cualquier sistema de prevención debe establecer un plan de recuperación y diversificación económica después de un desastre.
Ambiental: Se necesita mås inversión en control de inundaciones que no dañen al medioambiente y prepararse para cambios en el volumen y la frecuencia de las lluvias.
Riesgo: La planificaciĂłn territorial tiene el potencial de contribuir al manejo de riesgo en las ciudades costeras y favorecer urbanizaciones mĂĄs compactas -lo cual puede reducir la emisiĂłn de gases de efecto invernadero – asĂ como proteger las poblaciones que viven en zonas de alto riesgo.
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